AQUEL ADIÓS MARCHITO
Por la piel se derraman alaridos.
Fragancias de geranios hablan de siluetas embrujadas,
de rumores al temblor de miradas esquivas.
Hay ardores cuajados de deseos en la sangre,
cadenas y aullidos en las manos,
anillos perplejos en la espesura
de los cuerpos.
Cenizas del ayer entre los dedos
cantan en la noche las pasiones viejas,
y el titilar de las estrellas se burla
del candor.
En la negrura
los rizos de la luna esconden la clave
de aquel adiós sin esperanzas.
Carmen Amaralis Vega
ARROPADA EN VIOLETAS
Con la piel vistiéndome los huesos,
desprecio la obsesión de buscar,
marchita de aromas,
perdida,
devorando deseos.
Sumergida en cavernas
donde el elixir de los pétalos
no pinta la piel,
con cuerpo delicado me deslizo,
oruga tierna,
despertando fuentes cantarinas.
Sólo basta arroparse de violetas,
y percibir
la esencia entre los verdes nuevos.
Huesos me nacen en flor...
Carmen Amaralis Vega
CRIPTA DE AMOR
Detrás de la utopía naciente
frutos de miel y canela
con sabor a naranjos en la boca.
Se eriza la piel de los labios
con lluvia de estrellas por nacer.
A lo lejos la canción del halcón en espiral
muestra al viento en furia
dejando atrás la inocencia.
En el trayecto en sombras
fosas entreabiertas exhuman
humores de olvidos clandestinos.
En la cripta del agua bendita
corona de azahares en remolino,
muestra de huesos cubiertos de velos,
ansiedades de nácar y tules sobre el lecho.
A paso lento…
¡Cuesta tanto vestirse de novia!
Carmen Amaralis Vega